Primavera encantada donde corren los versos inocentes
En que duerme la nostalgia y vibra la alegría
Donde la acera asila aquellas lombrices del ayer
Que se pierden en tu ocaso.
Supuesto destino eterno
Donde viaja el canto de los años
Esa vibración estruendosa que enamora esas tardes aventureras
Donde el alma de tu cálida vida
Es el ritmo de tu corazón encantado.
Magia fluyente de un fragante recuerdo
Que me hace rozar con el cuerpo del viento
Del sin sabor silencio desterrado
Por la locura de un jugar matutino.
Autora: Milagros Edwards Tantaleán.